El pastoreo: pasado, presente y futuro del Alt Maestrat

Los paisajes verdes y frondosos del Alt Maestrat Human Land, formado por Catí, Ares, Culla, Benassal y Albocàsser, cuentan con un atractivo turístico y económico que ha perdurado en el tiempo: el pastoreo establecido y la trashumancia. Cada año, con la llegada del frío otoñal o del calor del verano, la Ruta del Pastoreo de Ares es utilizada por miles de reses de caprino u ovino que, procedentes del Maestrazgo de Teruel, buscan pastos adecuados y adaptados a la climatología.

Esta Ruta es importante durante todo el año, ya que gracias a Julio Bayot, uno de los últimos pastores y criador de perros pastores del Maestrat castellonense, se realizan visitas guiadas para conocer el tradicional oficio del pastor. Un oficio que no se olvida en el Alt Maestrat. ¿Por qué? Porque las exhibiciones de pastoreo son una parte fundamental de diferentes eventos culturales como la Fira d’Oficis de Benassal, la Fira de Sant Pere i Sant Pau de Albocàsser, el Concurso de Perros Pastores de Ares del Maestrat o A Catí Peraires de Catí. En ellas, grandes y pequeños observan el proceso tradicional de esquilado de las ovejas, cómo ordeñar a las cabras o la forma de trabajar de los perros pastores.

Y es que, la economía de la zona está y ha estado estrechamente ligada con el pastoreo. El ejemplo más claro y de mayor relevancia es Catí, que consiguió situarse en el mapa europeo de la Edad Media gracias a la gran calidad de la lana de sus ovejas. Comerciantes italianos, de Florencia, viajaban hasta Catí para conseguir esta valiosa lana con la que elaborar los tejidos de la mejor calidad. Este hecho es recordado cada año en la localidad con el evento A Catí Peraires, donde se recrea el mercado de compra y venta de lana.

Hoy en día, el pastoreo sigue siendo fundamental en la prosperidad socioeconómica de la comarca. Gracias a las ovejas y cabras que pastan en las verdes montañas y valles de Catí o Benassal, se elaboran quesos y cuajadas de gran calidad que han obtenido premios internacionales gracias a sus sabores únicos, llenos de tradición, innovación y vida. En definitiva, un oficio tradicional que sigue pisando fuerte en el Alt Maestrat y que forma una parte fundamental del tejido económico, social y cultural de los pueblos que integran el Alt Maestrat Human Land.