Benassal, un pueblo del Alt Maestrat con mucho encanto

“Benassal sorprende, es un pueblo que esconde muchos tesoros”, es lo que cuenta Joan Ribes Gallén, técnico de la Oficina de Turismo de Benassal, un lugar donde los turistas pueden acudir para informarse de todo lo que se puede ver en la localidad y también visitar la casa-museo Carles Salvador, uno de los iconos más representativos de la historia de Benassal. “La oficina se encuentra en el Castell de la Mola y ofrece la oportunidad de hacer visitas guiadas por el pueblo, por el Rivet o por la Font d’En Segures entre otras”, dice Joan.

Además, también se informa de lugares para visitar a pueblos del alrededor y hacer un recorrido por el término. Ribes explica que “es muy importante estar en contacto con las otras Oficinas de Turismo de la comarca para también ofrecer el resto de lugares donde pueden ir y así disfrutar de nuestro territorio.”

A Benassal llegan turistas por muchos motivos diferentes, puesto que “puede ser un turismo familiar y de jubilados pero también de deportistas, tanto senderistas como ciclistas”, comenta Joan, quien también entiende que llegan de “diferentes partes de la Comunidad Valenciana, algunos catalanes por proximidad y también madrileños que están en la costa y vienen a conocer el interior de la provincia”, analiza Joan a partir de su experiencia de cara al público.

Las visitas guiadas se realizan en Benassal de martes a domingo a las 12 del mediodía y además viernes y sábados se hace un recorrido a las 16:15h. “Podemos visitar el núcleo antiguo de la localidad, el castillo de La Mola, el aula-museo Carles Salvador, el Museo Arqueológico Comarcal, se entra en el Forn de Dalt, también se entra a la iglesia y durante el trayecto hasta llegar a la Torre de la Presó se destacan casas del pueblo como la fachada de la casa de Sánchez Cotanda”, resume el técnico, quien añade también como elemento indispensable para visitar la exposición sobre los bombardeos de la Legión Cóndor del año 38.

Uno de los puntos más importantes del conjunto histórico de Benassal es el Forn de Dalt, un horno medieval del siglo XIII construido por los templarios que durante muchos siglos ha sido el único horno que había en el pueblo. Ribes también sabe de su evolución a lo largo del tiempo: “Estuvo en funcionamiento hasta la década de los 70. En principio fue de la Orden de los Templarios, después de la Orden de Montesa, más tarde formó parte de la Vila y ya finalmente pasó a manos privadas”.

Benassal esconde verdaderas maravillas que son de visita obligada. “Tiene un paraje natural con muchas sendas por descubrir que se pueden recorrer en bicicleta o a pie. En la Oficina de Turismo se les facilita toda la información”, apunta Ribes. De esta manera, los visitantes se van de Benassal cargados de nuevas experiencias y por supuesto, muy enriquecedoras. Ya sea a pie o en bici, por las calles del pueblo disfrutando del patrimonio arquitectónico o por los paisajes del Alt Maestrat, todo el mundo que llega a Benassal entiende aquello de ‘Benassal, encant al natural’.